Las autoridades ordenaran la evacuación de 100.000 personas en zonas vulnerables hacia zonas más altas y sin que se informara, hasta el momento, sobre daños o víctimas.
Peter Carlisle, alcalde de Honolulu, declaró que: “La situación todavía no es segura”.
Y que “los residentes continuaran con las medidas de seguridad recomendadas por las autoridades”, según informó la cadena CNN.
El alcalde agregó que: “Por ahora no queremos que regresen a sus hogares. Queremos que se queden en un lugar donde estén a salvo”.
El portavoz del PTWC, Gerard Fryer, informó a la televisión local que: “Las olas producidas por el tsunami pueden seguir llegando hasta siete horas después. Las primeras olas en tocar el archipiélago estadounidense se esperaban de dos metros de altura, pero fueron menores y no superaron a las recibidas en marzo de 2011 tras el terremoto de Japón”.
Una vez emitida la alerta por el Centro de Alerta de Tsunami del Pacífico (PTWC), las autoridades tuvieron cerca de una hora para preparar a la población ante la llegada de las primeras olas.
Se habilitaron centros comunitarios y colegios para que las personas cercanas al litoral pudieran esperar a que pasase la alerta de evacuación.