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Top Secret

Pareciera que Temístocles Montás desentona, talvez sin percatarse, con la música que tocan los gobiernos de su partido, el PLD, y luce que, en ocasiones, es que lo traiciona el subconsciente, como cuando –en exceso de sinceridad y franqueza- proclama sin sonrojo alguno ¡y hasta en tiempos de campaña! que hay que elevar la tarifa eléctrica o que se requiere de nuevos gravámenes para dar el frente a los males económicos de la administración que corresponda. Hay quienes dicen, y pudieran tener razón, que como al ministro de Economía, Planificación y Desarrollo (largo el título del cargo ¿no?) se le considera bueno teorizando, y a él le gusta hacerlo, suele agotar al máximo en cada exposición (sea en rueda de prensa formal, en encuentro de pasillo con reporteros, en conferencias magistrales, en entrevistas para la televisión, etc.), la dosis de seguidilla que dan esos escenarios a los funcionarios públicos, y se arriesga con frecuencia al desatino con enfoques que bien pudieran ser realistas, pero saliendo de boca de un vocero autorizado de la administración, como él, suelen crear confusiones y ruidos innecesarios. Ahora bien, donde Temo hizo diana fue con su expresión, consignada ayer por la prensa, de que “es una contradicción de los denominados grupos sociales, que estén haciendo demandas al Estado y al mismo tiempo estén opuestos a que el Gobierno maneje más recursos”. Me dicen que el colega Manuel Jiménez, su activo y eficiente oficial de Comunicaciones, se ríe con las muelas de atrás y no se da por nadie, con este home run. ¡Salud…!
¿Desafío?
Aunque aclaran que son obedientes a su partido, varios senadores y diputados del PLD que representan comunidades fronterizas, han hecho causa común con sus pares de la oposición para advertir que no votarán por la aprobación de la reforma fiscal que propone el Gobierno si no es eliminado el artículo 40 del proyecto. ¿Qué dice el poderoso CP...?
A raíz de la devolución de unos tickets de combustibles en una estación gasolinera de la zona oriental, se ha destapado tremendo escándalo que podría llevarse de paro a varios funcionarios del ayuntamiento de Santo Domingo Este, quedando de paso, al descubierto, uno de los privilegios irritantes de los regidores del cabildo “de aquel lado”, quienes estaban recibiendo, “haciéndose los locos”, 14 mil pesos semanales cada uno para combustibles que supuestamente usarían “para el desempeño de su labor”. Pues bien, todo comenzó precisamente por el reclamo de uno de los regidores que armó un reperpero porque alegadamente en el cabildo le dieron su asignación de carburantes con tickets que no fueron recibidos en la estación gasolinera “porque estaban falsificados”. Me cuentan que las autoridades del ayuntamiento han dispuesto una investigación que ha arrojado pistas que estarían llevando hasta figuras de cierto nivel en la corporación edilicia, y se comenta que los despidos vienen zumbando. A todo esto, eso sí, mis fuentes me advierten que el síndico Juancito Sports “está como el diablo” por el problema y que habría proclamado que, “caiga quien caiga”, hay que dar con los responsables de la anomalía, y que si fuera cierta, “alguien tendrá que responder”. ¡Aaayyy...!
Ni caso le hicieron
Muy cierto es aquello de que, en países como el nuestro, es bastante corta la distancia entre el ejercicio y disfrute del poder y la indiferencia y el desprecio de la gente, algo que deberían entender y asimilar los que llegan a cargos públicos y se tornan prepotentes y arrogantes. La reflexión surge al enterarme de que el funcionarito, que fuera soberbio, agresivo y arrogante ocupando posiciones oficiales, tras ser destutanado, estuvo hace unos días en un conocido centro de lectura de la ciudad y aún con su notorio afán por saludar a muchos que estaban allí, casi nadie le hizo caso, es decir, que para la mayoría de los presentes, pasó desapercibido. ¡Je, je, je...!
(Reproducido de El Caribe)

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