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Cherito se salva de milagro, de morir después de que un objeto chocara con el avión donde viajaba


Este fin de semana, estuve en concierto en Tenerife y Lanzarote (Islas Canarias) frente a multitudes de 7,000 y 5,000 personas respectivamente.

Durante el viaje de regreso, tomamos un vuelo desde Madrid hacia Santo Domingo, el cual después de algunas 3 horas de vuelo tuvo que devolverse a
Madrid, debido a que un objeto desde el exterior impactó y cuarteó el vidrio de la ventana del piloto que volaba la aeronave.

Sin que los pasajeros supiéramos nada del asunto, el capitán y los controladores en tierra tomaron la decisión de retornar el avión a Madrid (que estaba a algunas 3 horas de vuelo), en vez de continuar su curso a
Santo Domingo, que se encontraba a más de 4 horas.

Cuando el capitán lo consideró oportuno, él anunció: "Señoras y señores, les habla el capitán de la nave. Como ustedes habrán podido darse cuenta, hemos
dado un giro de 180 grados de regreso a Madrid, ya que un objeto desde el exterior chocó con la ventana de nuestra cabina de mando y ha ocasionado una
ruptura. Por favor mantengan la calma, pues por el momento esto no ha afectado significativamente la aeronave. Le agradecemos que comprendan que
la decisión de regresar a Madrid es por la seguridad de todos y cada uno de los que estamos en el avión. Le prometo que los mantendremos al tanto de
cualquier novedad."


Aunque el capital comunicó lo ocurrido con mucho tacto, de todas formas el pánico cundió entre los pasajeros que viajábamos en el avión. Inmediatamente se oyeron tenues llantos y oraciones. Por otro lado, algunos distraídos preguntaban: "¿que fue... que fue lo que dijeron?", mientras otros estaban en absoluto silencio sin creer lo que acababan de escuchar.

En mi vida nunca había tragado en seco hasta ese momento, y solo me vino a la mente la cena de bienvenida que me estaba preparando mi familia en Santo Domingo. Cerré el libro de física cuántica de Stephen Hawking que estaba leyendo y dije: "Parece que chocamos con basura cósmica..."

Un dominicano ocurrente (que nunca falta) dijo: "Oye pero... ¿esa jodia basura cómica no pudo hacernos un chiste menos cruel? Mieeercole!". Lo cual rompió el hielo y muchos empezamos a hacer conjeturas de las consecuencias y cálculos del retraso que esto iba a causar.

Basura cósmica es, en parte, el resultado de los deshechos de los cohetes que viajan al espacio exterior y que se esparcen en sus trayectos. Muchos de estos deshechos son considerablemente grandes, y mientras bajan y entran a la atmósfera de la tierra se van desintegrando. Rara vez, algunos pequeños pedazos sobreviven al calor producido por la fricción con las capas atmosféricas y tienen éxito en cruzar de regreso al planeta.

Después de una hora del impacto, la mayoría de las personas dentro del avión se calmaron, sin percatarse del importante dato de que cada minuto que pasaba el vidrio de la ventana se seguía rompiendo más y más, debido a la presión que existe a esas alturas.

En el caso no deseado de que el vidrio se llegara a romper lo suficiente para dejar entrar el aire desde afuera, la presión dentro del avión sería tal que todos los pasajeros estaríamos en alto riesgo de explotar. Por eso
todas las aeronaves comerciales son despresurizadas después de cerrar todas las compuertas, con el propósito de mantener una presión normalizada dentro
del avión, al llegar hasta los 30,000 ó 40,000 pies de altura.

Dos horas después del primer anuncio, el capital hace un segundo anuncio: "Señores pasajeros, en Madrid ya tenemos otro avión disponible para llevarlos a Santo Domingo. Una vez lleguemos a Madrid, tendrían que esperar más o menos una hora en lo que descargan sus equipajes de este avión y lo colocan en el avión que los llevará a su destino. Hasta el momento, tenemos
todo bajo control en esta aeronave. Gracias por su paciencia."

Tres horas y media después de la colisión, finalmente las ruedas del avión hicieron contacto con la pista de aterrizaje del aeropuerto Barajas de Madrid. Los aplausos y gritos de alivio inundaron el ambiente, y una señora dijo: "Por fin, Dios mío, ya estamos en tierra. Que vivan los españoles!"


Las puertas del avión se abrieron y rápidamente los paramédicos entraron a la cabina de mando donde se encontraban el piloto y el copiloto. Salí del avión sin titubear, baje por unas escaleras que llegaban hasta la pista del aeropuerto, y antes de entrar a un autobús que nos llevaría a la terminal, algunos le echamos un vistazo a la ventana del piloto. En ese momento fue que tomamos plena conciencia de la gravedad de la situación, al ver que la ventana estaba claramente rota.

Los paramédicos inmediatamente asistieron a los pilotos, quienes heroicamente pudieron resistir dentro de lancabina hasta aterrizar el avión.

Para entrar a la terminal del aeropuerto sorpresivamente tuvimos que pasar por el tedioso proceso de seguridad: nos quitamos los zapatos, correas, sacamos las laptops de los bultos y el menudo de los bolsillos, nos quitamos
las cadenas y los relojes, y caminamos en media para pasar por los detectores de metal.

Desde luego, no faltaron las quejas de los pasajeros. Uno de ellosmdijo: "Pero bueno, nosotros venimos de un avión que por poco se cae.
¿Por qué tienen que revisarnos otra vez? Que vaina esta..."

La gente no tardó en hacer 3 filas interminables en frente de 3 teléfonos públicos y se turnaron para llamar a Santo Domingo y contarles a sus familiares y amigos que nos habíamos salvado de milagro y que íbamos a
llegar a eso de las 4 de la mañana a Santo Domingo, en vez de las 6 de la tarde como originalmente estaba programado.

Como siempre algunos exageraron la situación, y uno hasta dijo que el piloto estaba colgando por la ventana.

Confirmé que ciertamente mi celular estaba sin carga y en vez de hacer la fila, preferí pedirle prestado el celular a una chica, quien cortésmente me lo cedió. Llamé a mi casa en Santo Domingo y dije:
"Suspendan la cena de bienvenida porque estamos retrasados por más de 10 horas. Pasó algo con el avión; todos estamos bien, pero vamos a tener que tomar otro avión. Allá les cuento con detalle."

Más tarde tomamos el otro avión y algunas 8 horas después llegamos a Santo Domingo, como a las 4 y media de la madrugada.

Nos salvamos en tablitas!

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