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No sabés todo lo que podés hacer con hielo... Te vas a quedar helada.


¿Hace calor? No sabés todo lo que podés hacer con hielo... Te vas a quedar helada.
Por Denise Tempone.
El calor corporal es una acumulación de nuestras dos temperaturas, la externa, causada por la estación que transitamos, y la interna, provocada por el funcionamiento muscular del cuerpo. Pero además de estos dos factores que siempre están, cuando nos excitamos, la aceleración del ritmo cardíaco genera un extra de energía que eleva aun más esa sensación; de ahí nace, de hecho, nuestra necesidad de sacarnos la ropa. Con semejante panorama, es comprensible que los encuentros terminen en un polémico charco de sudor. Sin embargo, hay maneras mucho más eróticas que el aire acondicionado para bajar las revoluciones. Te presentamos la dupla del verano: el hielo y vos.

La previa

La vida real no es un videoclip de Madonna, así que andá anticipándote a estos detalles para que no se te enfríe la fiesta.
Prepará el lugar: utilizá un cubrecamas grueso o sintético para que el hielo no se derrita sobre el colchón ni las almohadas, o elegí un lugar que realmente no te preocupe arruinar. Bañeras, terrazas, pisos de cerámica, bienvenidos. Nada más deserotizante que preocuparse por estos detalles en ese momento.
Llená la cubetera: los hielos ordinarios están OK, pero ¿por qué no mejor armarlos en cubeteras más grandes, así no se derriten tan rápido, y mezclar el agua con hojas de menta o aromatizantes? Si tanto te gusta jugar, ponele tu toque. Eso sí, no flashees gourmet y olvidate de los helados: contienen azúcar y pegotean demasiado.
Conectate con tu cuerpo: muchos de los juegos que armamos pensando en dos ¡funcionan mejor de a uno! Así que podés probarlos antes de sumar a tu pareja y, llegado el momento, ya vas a ser una experta. Como así también puede ser que no funcionen para vos. O tal vez funcionen tan bien que ¡no quieras compartirlos!, je.

Juegos bajo 0

Oral ice
Malgastar el recurso del hielo anticipando cada movimiento y arrastrando el cubito por el cuerpo de movida suele ser un error de cálculo. Lo mejor de un cambio abrupto de temperatura es, justamente, la sorpresa. Por eso, no derritas el recurso antes de tiempo, lográ que la temperatura ascienda sin usarlo, llevala bien alto (¡la temperatura!) y, recién entonces, revelá tu carta. Pedile que congele su boca y quedate helada. El sexo oral con la boca bajo cero no es el juego más sofisticado del mundo, pero estremece hasta a la más escéptica y deja la sensibilidad de otras zonas invicta para seguir explorando. Pedile que mantenga el cubito y que te permita sentirlo eventualmente. Y acordate: los favores se devuelven.
Ruta polar
El recorrido de un cubito puede ser revelador, pero, como toda ruta, ésta también tiene sus secretos. Existen zonas especialmente sensibles a los cambios de temperatura. Detrás de las orejas, la nuca, los labios, las zonas cercanas a las axilas, entre los omóplatos, los pliegues que unen tus piernas a tu torso, tu coxis, detrás de las rodillas y los pies: son zonas que no suelen recibir cambios de temperatura localizados, y eso es lo que crea un verdadero estímulo. Dibujar formas despacito pero levemente es el secreto para mantener la sorpresa y no volver molesto el recorrido.
Juguetes freezados
Si realmente te copó y querés volverte más hardcore, podés bajarles la temperatura a tus juguetes. Freezar (sí, leíste bien) tu vibrador o tus bolas chinas durante algunas horas podría funcionar. No tomarán una temperatura tan extrema como la del hielo, pero aun así será un frío intenso. Si sos realmente pícara, tal vez quieras mojarlos antes de meterlos en el congelador, así se escarchan. Lógicamente, no pruebes esto con aparatos eléctricos ni a pilas.

Temperatura estable

Cuando la verdadera acción comience, ya ni te molestes en juntar los cubitos que sobraron. Si quedan entre ambos cuerpos, mejor, terminen de derretirlos juntos. Como todo juego, la idea es divertirse y no hacer un mundo de si el cubito funciona o no. Si les sirve, denle la bienvenida y disfruten del descubrimiento. Si no, denle rienda suelta a lo que mejor saben hacer y despierten la fantasía, porque queda todo un verano por delante para experimentar cómo apagar tanto fuego.

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