Papas fritas: Su textura genera una fácil absorción
de las grasas saturadas, actuando similar a una esponja. Asimismo, sus
componentes químicos llegan al cerebro y alteran el centro de regulación
del peso, por lo que no existe un límite preciso: se pueden ingerir 10 ó
30 sin ningún tipo de control. Las personas del estudio acrecentaron su
peso en un 0,76 kg en el lapso de cuatro años.
Otro tipo de papas: Este alimento, independiente de
su preparación, es rico en carbohidratos, los que son absorbidos
rápidamente por el organismo, generando altos niveles de insulina en la
sangre y no induciendo señales de saciedad. Los participantes de la
investigación incrementaron su peso en 0,58 kg durante cuatro años.Bebidas con azúcar: el consumo diario de esta bebida generó el aumento de 0.45 kilos en cuatro años.
Carnes rojas: Debido a su alto contenido de grasas saturadas provocó que los analizados añadieran 0,43 kilos a su peso, también durante cuatro años.
Carnes rojas no procesadas: Como los embutidos y salchichas, pues su alto nivel de calorías, grasas saturadas y sodio incidieron en el incremento de 0,42 kilos en los participantes de la investigación en cuatro años.
La otra cara de la moneda: los buenos alimentos
Durante el estudio, quienes bajaron o mantuvieron su peso solían comer bajas cantidades de alimentos procesados. El informe identificó al yogurt, frutas, verduras, granos enteros y productos ricos en fibra como claves al momento de querer adelgazar.
Por otro lado, se determinó que el sueño es fundamental, ya que se comprobó que las personas que durmieron menos de 6 horas al día, ganaron un 31% más de peso al año de las que descansaron más.
Por tanto, una dieta variada, ejercicio moderado, descanso adecuado y una actitud activa son los mejores aliados a la hora de querer tener un óptimo estado físico, y por ende, una salud favorable.
Fuente: http://www.guioteca.com