1. No te prives de nada: disfruta de lo que te gusta comer, pero con moderación. Un capricho no te hace engordar, abusar y pasarte en las raciones sí.
2. Come hasta que estés satisfecha, no llena. Seguro que lo has escuchado antes: siempre se ha dicho que una señorita nunca come hasta hartarse.
3. Acompaña tus platos con verduras: contienen altos niveles de fibra y de agua, por lo que te ayudan a llenarte sin comer en exceso.
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4. Cuando comas fuera, siempre elige el tamaño pequeño: sobre todo si hablamos de comida basura. Nada de hamburguesas, perritos o helados XXL. Volvemos al punto 2: ¡no comas hasta reventar!
5. Conócete y asume tus debilidades: si no puedes evitar picar entre horas, sé consciente a la hora de hacer la compra y en lugar de elegir snacks, dulces y caprichos con muchas calorías y grasas saturadas, opta por comprar tentempiés más saludables. No te comerás lo que no tengas en la nevera o en la despensa.
6. Cuando comas fuera, empieza por una ensalada o una sopa: las dos opciones te llenan con pocas calorías y dejan menos espacio para el plato principal.
7. Ignora la cesta del pan: sobre todo cuando estás en un restaurante esperando que te traigan la comida, y atacas al pan (a menudo, por hacer algo, más que por hambre).
8. No te acabes el plato, en especial si comes en un restaurante y las raciones son copiosas. No importa lo que te dijeran tus padres cuando eras pequeña: dejar el plato limpio no es lo que más te conviene.
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9. Mantente hidratada: muchas veces pensamos que tenemos hambre cuando en realidad lo que tenemos es sed. Bebe con frecuencia y en pequeñas cantidades, a ser posible agua, infusiones o zumos.
10. Di no a las cenas pesadas: no solo te llenan y te aportan calorías que no vas a quemar, sino que, además, hacen que te cueste más conciliar el sueño y que tu digestión sea más pesada.
11. No comas frente a la tele, en especial si tienes mucha hambre. No prestarás atención a lo que estás comiendo, y es mucho más probable que comas de más y abuses de lo que no debes.
12. Antes de salir, toma algo en casa: por ejemplo, una pieza de fruta o un puñado de frutos secos. Te evitarás comer con los ojos y pedir de más.
13. Si sueles tener hambre a ciertas horas, sé previsora y lleva contigo un snack saludable o una fruta en el bolso. Así evitarás bajar al bar y comprarte un bocadillo o un helado que realmente no necesitas.
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14. No bebas calorías de más: sustituye los refrescos por opciones ligeras y saludables comoagua, zumos o infusiones.
15. Apuesta por las frutas y las verduras: son la opción más saludable para compensar el exceso de proteínas animales, y te llenan sin saturarte de calorías.
16. Elige pan integral en lugar de blanco: los cereales integrales te aportan vitaminas y minerales, mientras que el pan blanco sube mucho (e innecesariamente) los niveles de azúcares en tu cuerpo, y si no los quemas, los almacenarás en forma de grasas.
17. Desayuna siempre. Un buen desayuno, completo y cargado de nutrientes, te ayudará aafrontar el día mejor y evitará que comas de más, además de poner en marcha desde por la mañana tu metabolismo.
18. Haz ejercicio al menos tres horas por semana: no es tanto como parece, y te ayudará a mantener el tipo. Tópicos como elegir las escaleras en lugar del ascensor o bajarte una parada antes del autobús o del metro han funcionado siempre y seguirán haciéndolo.
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19. No comas después de cenar: las calorías te dan energía, y no necesitas energía extra para irte a dormir.
20. ¡No te comas toda la bolsa! Si te gusta comer patatas fritas, palomitas o cualquier otro snack que venga en bolsa, no los comas directamente de la bolsa: ponlos en un plato. Te será mucho más fácil darte cuenta de cuánto comes, y no te sorprenderá de pronto que la bolsa se haya terminado.